jueves, 29 de agosto de 2013

Las ventajas de ser invisible

Hoy viaje a Melipilla. Encontré a mi arlequín con  su música, ese de mis mañanas en los tribunales de Valparaíso,ese que veía cuando la pena llenaba mi vida.
Caminaba hacia la oficina mientras observaba las muchas plantas y libros que venden en ese lugar. Me detuve frente a un puesto y vi aquel libro. No sé por qué,pero lo compré.
Voy en la mitad y siento pena. Reprocho el hecho de necesitar seguir leyendo, me reprocho el haber olvidado como me afectan los libros, como me llegan.No es existencialismo barato, odio El Túnel y El Perfume (siguen siendo mi señal para arrancar de algún hombre que me salga con ellos). Sin embargo me siento idiota leyendo,de tener la necesidad de.
Hoy hablaba con Pablo. Comentamos el libro y la sensacion que esta embargando estos días. Me dijo que era normal, que no siempre podía estar tan bien y feliz. No sé si sera la fecha ,los sueños o que, pero la sensacion de hoy es amarga. Solo deseo poder terminar hoy el bendito libro (no existen libros malos sino lectores tontos,me decia la weca) y que estos dias pasen rapido. Necesito volver a estar bien.




1 comentario:

  1. Termine el puto libro. El final fue como si yo escribiera la ultima carta. Era tan propia.
    Se supone que deberia sentirme mejor,pero no.
    Quiero que pasen pronto estos dias o que mi menstruacion baje pronto para que esto pase.
    Tengo pena. Habia olvidado como se sentia

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