sábado, 14 de febrero de 2015

Del amor y otros demonios

Ya que fue el día de los enamorados y  hace 10 años no pasaba unos de estos días sola, amerita el post. Siempre he pensado en canciones que representen en mi memoria a esos caballeros que han acompañado mi humanidad todo este periodo. Podrían ser las canciones del desamor, pero no. Independiente de los desenlaces y cosas varias que hubiesen acontecido, estas canciones  representan los momentos compartimos, los momentos que hicieron que me enamorara de ellos y llegaran a ser personas importantes en mi vida

Milton. Ese primer pololo Santiaguino, hermano de Max (si, tuve  como Lolo al hermano de mi primer amor), lleno de ilusiones y de locuras, ese hombre bueno con el cual pasábamos veranos e inviernos completos en su casa de Maitencillo, ese Lolo con el que nos esforzamos  por que una relación a distancia podía ser duradera y feliz. Ese hombre con el que la palabra “jugados” fue verbo.




Rodrigo. Ese hombre que hasta el día de hoy y quizás por las piscolas que tengo en el cuerpo, puedo decir  fue el amor de mi vida. Ese hombre 10 años mayor que yo con quien dibuje una vida, me soñé por primera vez madre. Ese hombre grande que siempre lamentaré haber conocido tan pendeja, tan universitaria. Ese hombre que compartía  mi forma de ver la vida y lo que yo deseaba de ella. Ese hombre con quien soñé una vida completa, al lado de una niñita que él imaginaba igual a mí. El, esa vida llena de Historia y música, con preguntas jurídicas y admiración el uno al otro ,con una librería y una casa lejos de Santiago. 




Alberto. Ufff, que puedo decir de Pelao. Ese hombre que llego para olvidar a Rodrigo. Ese hombre que me aguanto durante todo mi examen de grado, ese hombre a quien siempre super no estaría mucho tiempo .A ese hombre que una vez aprobado el grado, supe que tenía que patear.


 José Esteban.  Él fue probablemente el hombre más importante de mi vida adulta. Me vine a Santiago y a las dos semanas ya iniciamos algo. Él fue el hombre más real que tuve en mi vida. Vivimos juntos, intentamos construir tantas cosas. De él fueron muchas las cosas que me gustaban. Ambos compartíamos oficio, admiraba su  pasión por el Derecho y el modo en que nuestras conversaciones podían llegar a puntos de vista infinitos. Él fue el hombre con quien más cosas en común compartí, era la música, el modo de planificar la vida y otras tantas cosas. Lamentablemente, mi locura y otras cargas de él hicieron que no resultará. Siempre me pregunto por qué el no fue más chico y yo más grande…pero bueno.




 Francisco. Mi Panchi panchi. Ese hombre que me siguió y me siguió. Ese hombre que conocí en un momento duro . Ese hombre que se ganó mi corazón a punta de esfuerzo. Ese hombre tan distinto a mi, tan sano y feliz. Esta es una historia extraña, aun abierta. El me enseño a vivir la vida, a meterme en el culo a todos y seguir, a ver que realmente el problema estaba en mi y no en los otros, en tomar una terapia real que ha llevado mi vida a un estado de felicidad que no conocía.  El fue el primer paso a ser feliz.


2 comentarios:

  1. Que ejercicio de sinceridad mas admirable. Me confieso incapaz de hacerlo y por eso me genera tremenda admiración.
    Lo bonito de recapitular es que siempre sacas una enseñanza y te prepara para ser mejor en lo que viene. De cierta forma, todos nuestros amores son como terapeutas (algunos malos, hay que aclarar) y terminamos sacando lo bueno y puliendo lo bueno.
    En serio, tu post sólo me genera admiración. Saludos desde el purgatorio!

    ResponderEliminar
  2. Que eres amoroso por la buena onda. No sé si es un ejercicio de sinceridad o no. De un tiempo a esta parte, muchos de esos recuerdos son solo parte de pasado. Probablemente por ello no duelen.
    Hay varios de esos personajes con quienes feliz de sentarme a conversar. Con otros, probablemente no desearía ni cruzarme! Lo bueno de todo, es que como dije arriba, fueron parte de mi vida e independiente de cuanto dolió, algo dejaron en mí que hace que hoy sea “dedito para arriba”.
    Además, probablemente el insomnio y el copete llevaron a escribir tan de adentro y repitiendo mil veces “ese hombre” jajaja
    Abrazo apretado al purgatorio!!!

    ResponderEliminar