Ya que fue el día de los
enamorados y hace 10 años no pasaba unos
de estos días sola, amerita el post. Siempre he pensado en canciones que
representen en mi memoria a esos caballeros que han acompañado mi humanidad
todo este periodo. Podrían ser las canciones del desamor, pero no.
Independiente de los desenlaces y cosas varias que hubiesen acontecido, estas
canciones representan los momentos
compartimos, los momentos que hicieron que me enamorara de ellos y llegaran a
ser personas importantes en mi vida
Milton. Ese primer pololo
Santiaguino, hermano de Max (si, tuve como Lolo al hermano de mi primer amor), lleno
de ilusiones y de locuras, ese hombre bueno con el cual pasábamos veranos e
inviernos completos en su casa de Maitencillo, ese Lolo con el que nos
esforzamos por que una relación a
distancia podía ser duradera y feliz. Ese hombre con el que la palabra “jugados”
fue verbo.
Rodrigo. Ese hombre que
hasta el día de hoy y quizás por las piscolas que tengo en el cuerpo, puedo
decir fue el amor de mi vida. Ese hombre
10 años mayor que yo con quien dibuje una vida, me soñé por primera vez madre.
Ese hombre grande que siempre lamentaré haber conocido tan pendeja, tan
universitaria. Ese hombre que compartía
mi forma de ver la vida y lo que yo deseaba de ella. Ese hombre con
quien soñé una vida completa, al lado de una niñita que él imaginaba igual a mí.
El, esa vida llena de Historia y música, con preguntas jurídicas y admiración
el uno al otro ,con una librería y una casa lejos de Santiago.
Alberto. Ufff, que puedo
decir de Pelao. Ese hombre que llego para olvidar a Rodrigo. Ese hombre que me
aguanto durante todo mi examen de grado, ese hombre a quien siempre super no estaría
mucho tiempo .A ese hombre que una vez aprobado el grado, supe que tenía que
patear.
José Esteban. Él fue probablemente el hombre más importante
de mi vida adulta. Me vine a Santiago y a las dos semanas ya iniciamos algo. Él
fue el hombre más real que tuve en mi vida. Vivimos juntos, intentamos
construir tantas cosas. De él fueron muchas las cosas que me gustaban. Ambos compartíamos
oficio, admiraba su pasión por el
Derecho y el modo en que nuestras conversaciones podían llegar a puntos de
vista infinitos. Él fue el hombre con quien más cosas en común compartí, era la
música, el modo de planificar la vida y otras tantas cosas. Lamentablemente, mi
locura y otras cargas de él hicieron que no resultará. Siempre me pregunto por
qué el no fue más chico y yo más grande…pero bueno.
Que ejercicio de sinceridad mas admirable. Me confieso incapaz de hacerlo y por eso me genera tremenda admiración.
ResponderEliminarLo bonito de recapitular es que siempre sacas una enseñanza y te prepara para ser mejor en lo que viene. De cierta forma, todos nuestros amores son como terapeutas (algunos malos, hay que aclarar) y terminamos sacando lo bueno y puliendo lo bueno.
En serio, tu post sólo me genera admiración. Saludos desde el purgatorio!
Que eres amoroso por la buena onda. No sé si es un ejercicio de sinceridad o no. De un tiempo a esta parte, muchos de esos recuerdos son solo parte de pasado. Probablemente por ello no duelen.
ResponderEliminarHay varios de esos personajes con quienes feliz de sentarme a conversar. Con otros, probablemente no desearía ni cruzarme! Lo bueno de todo, es que como dije arriba, fueron parte de mi vida e independiente de cuanto dolió, algo dejaron en mí que hace que hoy sea “dedito para arriba”.
Además, probablemente el insomnio y el copete llevaron a escribir tan de adentro y repitiendo mil veces “ese hombre” jajaja
Abrazo apretado al purgatorio!!!