Ayer
caminaba por Providencia. Venia de terapia. Estaba muy en la mía, pensando en
la falta de manejo en el lenguaje no verbal y otras cosas de la jornada con la
Paulina y de repente alguien me sostiene el brazo. Era Álvaro, aquel chico con el que compartíamos por twitter y que en
el concierto de Depeche Mode, de la nada, me pregunto si era ElephantWoman.
Años sin vernos, desde Conce, cuando viajo junto a su encantador hermano.
Cara
de sorpresa, luego sonrisa gigante (y se va al carajo el manejo del lenguaje no
verbal). Coordinamos junta para colocarnos al día. Pero lo rico de eso no fue
encontrarlo. Lo rico fue la última parte de la conversación. Luego de
despedirnos, me mira algo a la distancia y dice “Estas como distinta, se te
nota mucho más relajada”. Sonreí y me
aleje. No pude evitar continuar mi
camino con la sonrisa más infinita. Sé que la terapia está funcionando, pero no
sabía que el resto también lo notaba.
Que bueno estimada!!!!!!!!
ResponderEliminarVas por buen camino entonces.
Un gran abrazo desde el purgatorio!